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Un dolor real (A real pain, Estados Unidos, Polonia, 2024). Guión y dirección: Jesse Eisenberg. Protagonistas: Jesse Einsenberg, Kieran Culkin, Will Sharpe, Jennifer Grey, Kurt Egyiawan, Ellora Torchia, Liza Sadovy y Olha Bosova. Duración: 90 minutos.
Siempre es interesante ver el debut de algún director. Ya sea porque veremos de entrada los temas que lo acompañaran a futuro, o porque es bueno ver a personas lanzándose a hacer algo tan complicado como lo es dirigir. Y más aún si estos son actores, como es el caso de Jesse Eisenberg y su ópera prima, Un dolor real.
Junto con Kieran Culkin, Eisenberg da vida a un par de primos judíos que fueron muy unidos en la infancia, pero que por cuestiones de la vida se distanciaron. Ahora, ambos quieren ir a visitar la casa donde se crio su abuela, en Polonia, mientras hacen un tour por las zonas más tristemente conocidas del holocausto.
Con dirección y guión del propio Jesse Eisenberg, podríamos decir que cierto actor se inspiró bastante en el cine de Woody Allen para realizar su ópera prima. En especial, de aquel que filmaba en Europa antes de ser acusado y (bien) expulsado de Hollywood. Es decir, vamos a tener a un personaje neurótico, muchos diálogos (de hecho, la película es full diálogos), mientras imágenes del país en cuestión, y sus zonas de interés, acompañan todo.
Y para que funcione esto, se necesita no solo de buenos actores, sino que aparte, tengan química entre ellos. Por suerte si pasa en Un dolor real. Al componer personajes tan diferentes, Eisenberg aprovecha sus limitaciones como actor para dar vida a alguien neurótico y retraído, mientras que Culkin aprovecha su carisma para componer a un personaje que es una bomba de tiempo andante, y que, así como puede hacernos reflexionar, puede arruinar un momento en cuestión de segundos. Gran trabajo de ambos y buena dupla.
Pero no crean que Un dolor real es perfecta. La película por momentos parece perder el rumbo, y más allá de mostrarnos la dinámica de estos primos que es siempre acompañada por un momento wtf a cargo del personaje de Culkien, y de mostrar de forma elegante y sobria los paisajes bellos y trágicos de Polonia, no se entiende bien a donde quieren apuntar, más allá de una obvia conversación final en la que intentarán arreglar las cosas. Nada nuevo en este tipo de cine.
Siendo una apuesta chiquita, y siguiendo los pasos de uno de los directores con los que trabajó, Jesse Eisenberg nos da una más que sólida película debut. Al menos en mi caso, me dieron las suficientes ganas como para ver sus próximos proyectos.
JORGE MARCHISIO