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Esta crítica fue publicada en la página Locoxelcine.com
Amenaza en el aire (Flight Risk, Estados Unidos 2025). Dirección: Mel Gibson. Guión: Jared Rosenberg. Protagonistas: Mark Wahlberg, Michelle Dockery y Topher Grace. Duración: 91 minutos.
Amenaza en el aire es la última película de Mel Gibson como director, en la que deja de lado la épica histórica que caracterizó la mayor parte de su obra detrás de cámara para filmar un thriller de supervivencia. Y se encuentra protagonizada únicamente por Mark Wahlberg, Michelle Dockery y Topher Grace, ya que el resto de los pocos personajes que aparecen cumplen la función de extras.
La historia se centra en Madolyn (Dockery), una US Marshall que debe trasladar a Winston (Grace) un fugitivo que capturó en Alaska, dispuesto a declarar contra su jefe, un importante capo de la mafia. Sin saber que Daryl (Wahlberg), el piloto de la avioneta que los traslada, es en realidad un sicario contratado para matarlos en el camino.
En primer lugar, es necesario aclarar que Mel Gibson fusiona de manera efectiva el género policial con el subgénero de supervivencia, tan de moda en estos días. Lo que explica la decisión de puesta en escena de hacer que la mayor parte de la acción transcurra en el interior del avión, utilizando planos cerrados y reduciendo al mínimo la espectacularidad del paisaje de montañas nevadas sobre el que vuelan. Haciendo así un uso efectivo de la regla de oro para el buen funcionamiento del cine de suspenso, de mostrar mucho más de lo que se explica, manteniendo en tensión al espectador durante una hora y media justa y necesaria.
Un párrafo aparte merecen las actuaciones, donde la estereotipación de cada uno de los personajes tiene por motivo limitarse a cumplir la función que le corresponde dentro de la trama. Es así como vemos a la heroína empoderada que busca cumplir con su deber a toda costa improvisando sobre la marcha con lo que tiene a mano. Al villano, un redneck psicópata que ve como se le complican sus planes por un descuido. Y a un nerd en busca de redención cuando se enfrenta a las consecuencias de sus actos, que cumple la doble función de cómic relief y objeto de conflicto.
En conclusión, Amenaza en el aire puede considerarse una obra menor dentro de la carrera de director de Mel Gibson, en la que utiliza el subgénero de supervivencia como vehículo para contar una historia de empoderamiento femenino. Demostrando su oficio aprendido de grandes directores de películas por encargo como Richard Dooner, con el que trabajó en seis oportunidades, para demostrar al revés de ellos, que puede dejar de lado los temas trascendentales y limitarse a entretener con eficacia.