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Esta crítica fue publicada en la página Locoxelcine.com

María Callas es, como su nombre lo indica, la biopic de la prestigiosa cantante de ópera, interpretada por Angelina Jolie en un papel concebido para ganar premios internacionales. Está dirigida por Pablo Larraín, y completan el elenco Pierfrancesco Favino, Alba Rohrwacher, Kodi Smit-McPhee y Valeria Golino, entre otros.
La historia resume en sus primeros minutos la vida profesional de la artista, para centrarse luego en sus últimos días, viviendo junto a su mayordomo (Favino) y su ama de llaves (Rohrwacher) en un lujoso departamento parisino. Alternando además entre diferentes flashbacks de su pasado, y un presente que alterna de manera aleatoria entre diferentes entrevistas que le realiza un joven periodista (Smit-McPhee) para un documental, ensayos en el teatro donde se luce cantando, y la lucha contra su enfermedad terminal.
En primer lugar, es necesario destacar el trabajo de Angelina Jolie, quien por su condición de diva puede interpretar a la perfección a otra. Y al igual que la Norman Desmond de Gloria Swanson en «El crepúsculo de los dioses» (Sunset Blvd, Billy Wilder, 1950), prepara su regreso con gloria a los escenarios. Pero su director comete el error de resumir buena parte de su carrera profesional en un videoclip al comienzo, por lo que no solo desaprovecha lo más interesante, sino que también deja de lado a la mayoría del público, especialmente los nacidos después de 1973, que desconocen su obra.
Un párrafo aparte merece la fotografía, por la que Edward Lachman fue nominado al Oscar, donde tanto los tonos excesivamente cálidos de los exteriores parisinos y los flasbacks filmados en blanco y negro parecen salidos de una publicidad de perfume. Pero que va en concordancia con una puesta en escena solemne y pretenciosa, en la que el desorden de los saltos temporales puede generar desinterés y aburrimiento en los espectadores, a pesar de la belleza sonora de sus números musicales.
En conclusión María Callas, es una película que junto con Jackie (2016) y Spencer (2021) Pablo Larraín forma una trilogía sobre mujeres influyentes del siglo XX. Y si bien se luce Angelina Jolie, deja de lado lo más interesante de su protagonista, que fue su prestigiosa carrera, para convertirse en un melodrama sumamente solemne y pretencioso diseñado para lucirse en la temporada de premios.