EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM

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El señor de los anillos: la guerra de los Rohirrim (The Lord of the Rings: The War of the Rohirrim, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Japón 2024). Dirección: Kenji Kamiyama. Guión: Jeff Addis, Will Mathews, Phoebe Gittins y Arty Papageorgiou, basados en los personajes de J.R.R. Tolkien. Protagonistas: Miranda Otto, Brian Cox, Gaia Wise, Luca Pasqualino, Shaun Dooley y Lorraine Ashbourne. Duración: 134 minutos.

El señor de los anillos: la guerra de los Rohirrim es una película animada dirigida por Kenji Kamiyama que transcurre dentro del universo literario creado por J.R.R. Tolkien. Y en su versión original, cuenta con las voces de Miranda Otto, quien interpretó a Eowin en la trilogía que dio origen a la franquicia, como narradora en off, Brian Cox, Gaia Wise, Luca Pasqualino, Shaun Dooley y Lorraine Ashbourne entre otros.

La historia, narrada en off por Miranda Otto, quien interpretó a Eowin, se sitúa doscientos años antes de los hechos narrados en «El señor de los anillos», en el reino de Rohan. Donde gobierna el rey Helm Hammerheath (Cox), cuya hija Hèra (Wise), una princesa rebelde que se niega a contraer matrimonio con Wulf (Pasqualino), hijo de Freca (Dooley), Señor de los Dundelianos, dando la excusa perfecta para generar una guerra entre los ejércitos de ambos.

En primer lugar, es necesario volver a aclarar que se trata de una película animada realizada por Kenji Kamiyama, cuyo origen japonés y su larga experiencia justifican la estética del animé, desarrollada a lo largo de su extensa carrera. Que se destaca en la espectacularidad de sus planos generales, donde el nivel de detalle de los paisajes, las armaduras y los combates hacen que parezcan reales. Aunque contrastan con la escasa expresividad de sus rostros de ojos grandes y planos, en los que utiliza pocos trazos que perjudican la generación de empatía con los personajes en el público no acostumbrado a este estilo de animación que cuenta con una gran cantidad de fanáticos en todo el mundo.

En segundo lugar es necesario aclarar que el contenido fantástico se reduce a su mínima expresión, ya que si bien tiene una escala épica, no interviene el resto de los habitantes de este universo diegético llamado Tierra Media. Porque se elige dejar de lado todo el contenido simbólico anclado en una cultura tradicional inspirada en la mitología de los países nórdicos, para abordar de forma directa una cuestión actual como el empoderamiento femenino genera una crisis en una cultura patriarcal que decide el destino de las mujeres que forman parte de la nobleza. Y contando así una historia, que como queda aclarado al principio, no se encuentra relatada en ningún libro.

En conclusión, El señor de los anillos: la guerra de los Rohirrim es una fusión entre «La princesa Mononoke» (Mononoke-hime, Hayao Miyazaki, 1997) y las adaptaciones cinematográficas que hizo Peter Jackson de la obra literaria de J. R. R. Tolkien. Que si bien puede resultar asombrosa visualmente, por la innegable espectacularidad de sus planos generales, la desconexión con el resto del universo diegético del que forma parte y la ausencia de simbolismos la ubican por debajo de sus predecesoras en una franquicia a la que le queda muchísimo material para explotar.

PATRICIO FERRO

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