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Destino final: lazos de sangre (Final Destination: Bloodlines, Estados Unidos, Canadá 2025). Dirección: Zach Lipovsky y Adam B. Stein. Guión: Guy Busick, Lory Evans Taylor y Jon Watts. Protagonistas: Tony Todd, Brec Bassinger, Richard Harmon, Teo Briones, Kaitlyn Santa Juana, Owen Joyner, April Telek y Rya Kihlstedt. Duración: 110 minutos.
Destino final: lazos de sangre, es la sexta entrega de la franquicia en la que la muerte misma asesina a los personajes mediante diferentes accidentes. Está dirigida por la dupla formada por Zach Lipovsky y Adam B. Stein, y tiene un elenco formado por Tony Todd, Brec Bassinger, Richard Harmon, Teo Briones, Kaitlyn Santa Juana, Owen Joyner, April Telek y Rya Kihlstedt, entre otros.
La historia tiene un comienzo en la década del 50, donde la joven Iris (Bassinger) se salva de morir durante el incendio de una torre gracias a una premonición. Para saltar luego al presente, en el que su nieta Kaitlyn (Santa Juana), descubre mediante una investigación que la muerte va por ella y su familiares, porque son descendientes que nunca tendrían que haber existido.
En primer lugar, es necesario aclarar que la falta de estrellas de renombre se debe a que en esta franquicia cualquiera puede morir de manera sorpresiva en estos rebuscados accidentes, por lo que posiblemente no existe su protagonista no se convierta en una final girl que protagonice la secuela. Porque si bien sus directores encontraron una variante para hacerla más interesante, no escapan de las reglas rígidas establecidas por una estructura narrativa que la define como franquicia.
Así como también es necesario rescatar que se resuelve de manera autoconsciente el principal problema de la franquicia, que es la falta de un marco teórico sólido que sostenga lo que ocurre. Incorporando una serie de gags de humor negro, que sumado a los diferentes extrañamientos y planos detalles de objetos, permiten al espectador especular de manera lúdica la forma de morir de cada personaje. A la vez que se genera un clima de tensión que es liberada en escenas de violencia explícita que contienen un derroche exagerado de sangre y tripas, especialmente con la espectacularidad de su primera escena.
En conclusión, Destino Final: lazos de sangre es una película que forma parte de una franquicia que se caracteriza por priorizar su estructura narrativa por sobre sus personajes. Pero que a diferencia de las dos anteriores, repetitivas y olvidables, refuerza el tono lúdico de su puesta en escena, para volverla más disfrutable para un público que conoce las reglas y quiere jugar con ellas.
PATRICIO FERRO