EL NEGOCIO DEL DOLOR

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El negocio del dolor (Pain hustlers, Reino Unido, Estados Unidos 2023). Dirección: David Yates. Guion: Wells Tower, Evan Hughes. Protagonistas: Emily Blunt, Chris Evans, Catherine O’hara, Chloe Coleman, Brian d’Arcy James y Andy García. Duración: 122 minutos.

El negocio del dolor es una película basada en hechos reales, producida por Netflix, y dirigida por el británico David Yates, quien abandona el universo de Harry Potter después de siete películas, para probar suerte con una comedia dramática. Y está protagonizada por Emily Blunt, acompañada de Chris Evans, Catherine O’hara, Chloe Coleman, Brian d’Arcy James y Andy García, entre otros.

La historia, adaptada del libro de Evan Hughes, cuenta como Liza Drake (Blunt), una madre soltera que consigue trabajo como visitadora médica, asociada al cínico pero carismático Pete Brenner (Evans). Y la venta de un opioide recetado a pacientes oncológicos los lleva a ganar grandes sumas de dinero, lo que se incrementa aún más cuando se descubre que genera adicción.

En primer lugar es necesario aclarar que esta película es una especie de versión femenina de “El lobo de Wall Street”(The wolf of Wall Street, Martin Scorsese 2013), ya que comparte tanto la temática, de asenso económico vertiginoso y posterior caída, como la puesta en escena. Por la inclusión de una gran cantidad de recursos extradiegéticos, más propios del cine documental, que priorizan el rol de los múltiples narradores, que aportan sus puntos de vista para reconstruir la historia; ya sea con entrevistas, que aparecen a modo de flashfoward, o sus voces en off aportando sus opiniones.

Un párrafo aparte merecen las actuaciones, donde se destaca Emily Blunt, como esta mujer que pasa de estar al borde de la bancarrota a convertirse en millonaria, seducida por la codicia. Sacando además el máximo provecho de la química con Chris Evans, con quien comparten un humor ácido, cargado de comentarios irónicos y situaciones absurdas propias de la sátira. Que funciona para potenciar la seriedad que supone hablar de una cuestión tan seria como es la irresponsabilidad de generar adicción en los pacientes con medicinas de curso legal con el único objetivo de ganar dinero.

En conclusión, El negocio del dolor cuenta otra historia real de ascenso, caída y redención de un personaje que toma decisiones éticas y afronta las consecuencias. Y funciona porque prioriza las pasiones humanas por sobre las cuestiones técnicas, permitiendo una empatía inmediata de los espectadores con los personajes, independientemente de la valoración de su comportamiento.

PATRICIO FERRO

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