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“Guasón” (Joker, Estados Unidos, Canadá, 2019). Dirección: Todd Phillips. Guion: Todd Phillips y Scott Silver. Protagonistas: Joaquin Phoenix, Frances Conroy, Brett Cullen como Thomas Wayne, Zazie Beetz y Robert De Niro. Duración: 121 minutos.
“Guasón” es una película protagonizada por el icónico personaje de DC Cómics, interpretado por Joaquín Phoenix. Ganadora del León de Oro en el último festival de Venecia, está escrita y dirigida por el nominado al Oscar Todd Phillips, y su elenco está formado por Frances Conroy, Brett Cullen como Thomas Wayne, Zazie Beetz y el dos veces ganador de Oscar Robert De Niro.
Es importante aclarar que su director se toma su tiempo en la construcción psicológica de este personaje, que recién deja de ser Arthur Fleck para convertirse en el Guasón en el último acto. Y lo que vemos en los primeros dos es un excelente trabajo de Joaquin Phoenix como este payaso con problemas psiquiátricos, marginado por la sociedad, lo que explica las causas de su transformación. Algo que puede apreciarse también en el aspecto físico, desgarbado y con esa flacura extrema, que recuerda al Trevor Reznik de Christian Bale en “El maquinista” (The machinist, Brad Anderson 2004).
En este caso Todd Phillips vuelve a tratar el efecto que causa el comportamiento de personas caóticas en la vida ordenada de los demás, como ya lo hizo en el resto de su obra en forma de comedia. Acá lo vuelve a plantear, pero a modo de tragedia. Porque ahora las acciones del Guasón tienen una repercusión catastrófica a nivel social, porque aparece su violencia impulsiva como un ejemplo a seguir, sin que este se lo proponga. Y para ello toma como referencia a dos maestros, Martin Scorsesse y Clint Eastwood.
Del primero toma la estética callejera de sus primeras películas, donde nos dicen que es Ciudad Gótica, pero esa ciudad ficticia parece la Nueva York de la década del 70 donde transcurren “Taxi Driver” o “Calles Salvajes” (Mean Streets, 1973), y la dicha violencia impulsiva de su protagonista, que toma por sorpresa al espectador. Además de dejar en claro que la obsesión de este Guasón de triunfar como comediante en televisión es similar a la de Robert Pupkin en “El Rey de la comedia” (The king of comedy, 1982), donde Robert De Niro cumple ahora el papel que en esa ocasión tuvo Jerry Lewis.
De Clint Eastwood, en cambio, toma la idea de que sus personajes son víctimas de su destino, por eso sus acciones se justifican por el lugar que le tocó en una sociedad cada vez más injusta, donde no existe posibilidad de arrepentimiento, lo que se ve reflejado también en los tonos fríos de las imágenes fotografiadas por Lawrence Sher. Y otro aspecto que toma de este director es la forma en que filma las escenas de violencia, cuya brutalidad impacta fuertemente en los espectadores, pero son de corta duración y están construidas por un muy buen manejo de montaje a cargo de Jeff Groth.
En conclusión, “Guasón” está basada en el famoso personaje de los cómics, pero se diferencia de todas las demás de su género por cobrar autonomía respecto de esta moda de los universos cinematográficos. Y al encasillarse genéricamente como un thriller psicológico, y no como una película de acción, apunta a un público adulto, invitándolo a reflexionar sobre el papel que cumple en la sociedad en la que vive.
PATRICIO FERRO