MIDWAY: ATAQUE EN ALTAMAR

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“Midway: ataque en altamar” es la nueva película de Roland Hemmerich, en la que relata esta batalla aeronaval decisiva de la Segunda Guerra Mundial. Y para ello cuenta con un elenco multitudinario, entre los que se destacan Patrick Wilson, Woody Harrelson, Dennis Quaid, Ed Skrein, Mandy Moore, Etsushi Toyokawa, Luke Evans, Nick Jonas y Aaron Eckhart, entre muchos otros.

La historia se inicia con el ataque japonés a la base naval estadounidense de Pearl Harbour, lo que da inicio a la guerra entre ambos países. y a continuación resume los diferentes acontecimientos hasta llegar a un tercer acto en el que se desarrolla en detalle la batalla de Midway. Y para hacerlo utiliza una estructura coral, en la que muestra la participación de todos los que ocuparon un rol protagónico en esta guerra, de forma similar a “Un puente demasiado lejos” (A bridge too far, Richard Attemborough, 1977).

Rolland Hemmerich es el director indicado para llevar a cabo este proyecto, porque hace uso de su experiencia en el cine catástrofe para filmar secuencias bélicas de gran espectáculo con un importante despliegue de efectos especiales donde se destruyen una gran cantidad de barcos y aviones. Aunque en este caso se mantiene fiel a los hechos históricos, razón por la cual fusiona su estilo con el del cine documental de forma armónica, otorgándole así la verosimilitud necesaria a cada escena.

Pero el problema principal de esta película es que al abarcar demasiados acontecimientos, no desarrolla ninguno en profundidad, algo que sí ocurre en aquellos clásicos de Hollywood que tratan cada una de estas batallas. Y esto hace que algunas subtramas, como la de Jimmy Doolittle o la de John Ford queden inconclusas. O también que el personaje de Ann Best, interpretado por Mandy Moore, pierda el peso narrativo necesario que tienen las esposas dentro del género bélico, como ocurre con Madeline Stowe en “Fuimos soldados” (We were soldiers, Randall Wallace 2002), y las escenas que protagoniza sin Ed Skrein puedan resultar prescindibles.

En conclusión, “Midway: ataque en altamar” es otra película donde Rolland Hemmerich puede demostrar su oficio como director de cine catástrofe, fusionándolo satisfactoriamente con el  documental. Y el resultado es una película en la que se destacan las espectaculares escenas de acción, pero que al abarcar demasiado pierde su peso dramático, lo que no permite que se convierta en la obra maestra que pudo haber sido.

PATRICIO FERRO